sábado, 30 de junio de 2018

Etapa 1. Vitoria-Gasteiz

Sábado 10 de Julio de 1993                           44 km.

Llegamos a las ocho y media ó mas bien dicho, cerca de las nueve de la mañana. La ciudad está gris y vacía, me recuerda un día de domingo en invierno. Olvidamos en el bus el bidón de agua de la bici, el pequeño de Banesto, nos dimos cuenta cuando cargamos todo en la bici. El día no es muy bueno pero por estos lares creo que será normal aunque estemos en Julio. Una vez montado todo nos dirigimos al Camping Ibaia que está a las afueras de la ciudad, lo vimos antes de llegar. No hemos dormido bien en el bus, pero eso es lo que había. Llegamos al camping y nos recibió una melena con dientes de tecla de piano, simpaticona y fina (canija). El camping no es muy grande, hay muchas caravanas. Montamos el campamento al fondo del camping; desayunamos y decidimos reparar un poco la falta de sueño sobre los deliciosos sacos de dormir que nos aclamaban después de mas de 14 horas de viaje. Nos levantamos y casi serían las 2 de la tarde. Dimos un paseo en bici en busca de un lugar que nos dé de comer y nos relaje... dando muchas vueltas para terminar en un "self-service" al lado de la estación de bus. No había de lo que queríamos y terminamos comiéndonos una chuleta de cerdo que nos cobraron antes comer a 1.200 pelas cada una; ya nos han timado fue la impresión. Después del sinsabor nos llegó la chuleta familiar; había que subir a una escalera para hincar el cuchillo, tanta chuleta que no la pudimos devorar por mucho que se intentara (el caso es que Pedro quería algo caliente y sólido, no patateo). Después del festín seguimos paseando en bici (las habíamos dejado aparcadas fuera).
Ha llovido, en la ciudad no hay nadie y hace fresco. Esto me recuerda al viaje que hicimos en diciembre de 1992 a Almería(*). Paseamos por una  ciudad en la que la gente no existe. Después de un par de horas el tiempo va suavizándose y algo se activan las calles. En una hora, toda Vitoria sale a la calle a tomar, nunca mejor dicho, "el fresco", dimos unas cuantas vueltas mas viendo la ciudad y alrededores terminando en Simago (General Alava, 10) haciendo una compra. En el centro casi no hay tiendas.

Poco antes tuvimos la ocurrencia de buscar los carriles bici de la ciudad y los recorrimos: uno va para la Universidad, otros se cortan por obras, los que hay son grandes.
Llegamos a la zona deportiva y en un estadio polideportivo hay un campeonato de no se qué. Entramos y vimos un rato a gente correr y saltar, jóvenes bien preparados.
Decidimos ir a comprar el avituallamiento, como antes dije, y después nos fuimos al camping. Comimos un poco de pan con mantequilla, poleo menta. Después de la ingesta nos entraron ganas de relajarnos un poco y por supuesto que lo hicimos: desde un poco más de las siete hasta... el día siguiente!!!

Ni cena, ni ná de ná. Sólo oímos chispear un poco cuando ya navegábamos en los sacos...


(*) Ruta en bicicleta por Cabo de Gata en Navidades, un desierto puro, reflejado en otro diario.

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