País Vasco en bici 1993: Jornada de turismo. Lekeitio

Viernes, 16 de Julio de 1993 - Jornada de descanso

Tarjeta postal y escarabajo

El día está nublado, va a llover y anoche llovió. Era muy bueno el tiempo hasta ahora, a estas alturas, el norte. Entre una cosa y otra, llama Antonio y charla con Pedro. Mientras una cosa y otra decidimos parar el día aquí, el mismo no está para bromas. Como el pueblo es muy pequeño, lo recorreremos a pie. Después de desayunar bajamos al pueblo. La cuesta hacia abajo la notamos muy fuerte, a la subida veremos. El camping está más cerca de una aldea que se llama Mendexa pero es más conocido como Lekeitio. Este es un pueblo pequeño con puerto pesquero, una iglesia grande del siglo XV, creo. También tiene playa grande con una blanca y fina arena. Frente a la playa hay un islote con seis pinos altos que cuando la marea está baja, un espigón artificial une la isla con la playa y se puede ir andando; el istmo queda cubierto por el mar cuando la marea sube y la isla vuelve a estar frente al pueblo esperando que alguien la visite.

Empieza la bajamar

Isla de San Nicolás en bajamar

Hay un río y su desembocadura está al este del pueblo. Paseamos por sus calles, vimos el pescado que se vende, fuimos al puerto. Vimos la merluza fresca, gallineta, salmonetes, sardinas... arenques (que son parecidos a los boquerones con un cuerpo mas alargados y menos fino) y otros peces con nombres del lugar. Compramos cosas para comer.
Nos sentamos en la plaza y una señora que esta al lado nuestra (la plaza es como la zona de conversación y ocio de toda la gente), nos preguntó sobre nuestra procedencia . Málaga- ah! yo tengo un hijo que vive en un pueblecito de Almería, Carboneras, no dijo la señora.

Plaza de Lekeitio

Y así, durante un rato mantuvimos una conversación hablando sobre el pescado primero y luego sobre el pollo (era curioso, pero no recordaba como se decía pollo en español, porque en este lugar se habla vascuence, no el euskera, al menos eso nos dijo. Según ella, el Euskera es la lengua de la ciudad (más académico) y el vascuence de los pueblos, mas cerrado y con muchas palabras locales. Fue un rato agradable.
La gente de la plaza fue poco a poco desapareciendo, la hora de comer llegaba. La señora y sus seis nietos también se marcharon. Nosotros comimos en la playa, y aunque no hacía buen tiempo, era el lugar mas tranquilo, al menos no llovía. Después de comer salchichón, chorizo, pan y de postre yogurt, paseamos en busca del bar del Tour (como llamamos al barecito correspondiente para ver la etapa del día). En una callejuela donde parece ser la zona de ocio, por la de barecitos que hay, entramos en uno, y... café y Tour. Luego tras ver que bien andan, hoy toca etapa llana Marsella, dimos mas vueltas por Lekeitio. Vimos que en 1888 un señor, que está representado en una estatua en la plaza del pueblo fue el bienhechor que trajo agua potable, con fuentes, a varios puntos de la ciudad. Después estuvimos gran parte de la tarde en la playa del otro lado, al este, sentados allí vimos como mejoraba el día y mucha gente se atrevía a darse un baño. Cuando nos cansamos compramos un par de cosas y a subir camino del camping. Se nos ocurrió hacer autostop, al principio pensamos que no iba a funcionar, nadie paraba, pero un chaval con una Seat Trans roja nos subió y, ¡vaya! que bien nos vino. Agradecidos nos subió hasta el mismísimo camping. Nos duchamos, preparamos la cena con nuestro super camping-gas y a dormir que mañana será otro día.

Tirando de Hemeroteca

Nos inquieta que la joven Esperanza Aguirre amenace con encadenarse para que el metro no se instale en superficie en la Casa de Campo.